José Luis Cabezas, HR VP de Schneider Electric Iberia, empezó su trayectoria en Schneider Electric en el año 2003 en España como Project Manager. Más tarde, ocupó varios puestos de responsabilidad en el ámbito del sector eléctrico que le han otorgado amplia experiencia en el ámbito residencial. José Luis Cabezas asumió su cargo tras dos años como vicepresidente de la división Home & Distribution, puesto en el que ha ayudado a la compañía a desarrollar su estrategia en Transformación Digital llevando a los hogares soluciones que favorezcan la sostenibilidad y el hogar conectado.
¿Quién es José Luis? ¿Cómo te describirías a nivel personal? ¿Cómo te describiría tu familia o amigxs?
Yo me considero una persona muy sencilla, cercana, de muy fácil acceso. De hecho, eso es lo que quiero en mi vida, que las personas me puedan decir cualquier cosa en cualquier momento, siempre desde el respeto, desde los valores, desde la confianza. Tengo dos hijos, me encanta el deporte. Juego a fútbol todavía, con 44 tacos. Necesito buscar siempre tiempo para hacer deporte. Eso sí, luego tardo cinco días en recuperarme, sin exagerar. Y disfruto mucho estando con mis hijos. Creo que haber sido padre que me ha convertido en una persona más generosa.
En cuanto a mi entorno, creo que me ven como una persona intelectual y mi familia como alguien responsable.
¿Cuáles han sido algunos de los recuerdos o experiencias que han marcado tu vida?
Probablemente una de las cosas que más me ha marcado ha sido la humildad que he vivido en casa de mis padres. Ellos se han dedicado completamente a trabajar para que mis dos hermanos y yo tuviéramos buen futuro. Yo soy el pequeño y tengo muy presente el recuerdo de mis hermanos estudiando mucho, ver como avanzaban en su formación, y yo me sumé a ello. He tenido mucha suerte en la carrera, puesto que siempre he podido aprender.
Has crecido toda tu vida en España, ¿Qué es lo que más te gusta de la cultura (gastronomía, tradiciones, costumbres)? ¿Por qué?
En general en toda España se vive muy bien, y destacaría la gastronomía. Me gusta cuidarme, pero también me gusta comer, y como se come aquí en España, en ningún sitio. Barcelona, en concreto, es una ciudad muy cosmopolita. Creo que lo que más la diferencia es que es una ciudad con mucha riqueza cultural. Además del hecho de que cuenta con playa, con montaña, su clima… También me gusta que en Barcelona seamos muy trabajadores, tenemos una cultura del trabajo parecida a la anglosajona.
¿Cómo celebrarás Sant Joan este año?
A mí siempre me ha encantado Sant Joan, me parece una fiesta incluso más divertida que la de Fin de Año. De hecho, en el Prat del Llobregat, de dónde soy, se hacían verbenas cada dos barrios y recuerdo recorrerlas todas de jovenzuelo. Pero a mi familia no le gustan los petardos. Así que para Sant Joan huimos, nos vamos al centro de España, cerca de Ciudad Real de dónde es la familia de mi mujer. Cada vez que podemos nos vamos a ver su familia con la que nos llevamos muy bien. Pero es una pena porque Sant Joan es una fiesta que me gustaba muchísimo.
¿Cuándo te diste cuenta o decidiste estudiar Ingeniería en Telecomunicaciones? ¿Por qué?
Cuando era estudiante, se me daban bastante bien las matemáticas y me encantaba la tecnología. Aún recuerdo una de estas redacciones en el instituto en la que te preguntan: ¿Qué quieres ser de mayor? Yo puse que quería ser Ingeniero de Telecomunicaciones, así que lo tenía bastante claro desde jovencito. Me encantan las Telecomunicaciones. Tuve la oportunidad de trabajar en TV3 y ver cómo funcionaba todo por dentro… Pero ahora amo especialmente la parte eléctrica.
¿Cómo llegó Schneider Electric a tu vida? ¿Cómo fueron tus primeros años dentro de la empresa?
El cómo llegó Schneider Electric a mi vida es una anécdota divertida… Yo hice mis prácticas de becario en una empresa de fabricante de cables de fibra óptica. Mientras trabajaba allí, me apunté a una oferta de Schneider Electric en la que buscaban ingenieros de telecomunicaciones. Pero resulta que Schneider Electric partner de la empresa en la que trabajaba.
En cuanto a los primeros días de entrar en Schneider Electric, yo era el soporte de un Product Manager y los primeros días iba con un catálogo de dimensiones estratosféricas. Recuerdo que me sentí un poco perdido: ¿Dónde estoy? ¿Qué hago? Lo que quería era empezar a hacer cosas de verdad. También recuerdo las personas y el buen rollo que había, pero esos primeros días fueron mejorables.
¿Esta vivencia inicial ha impactado de alguna manera en tu actual visión de los Recursos Humanos?
Sí, claro que sí. De hecho, hemos trabajado mucho en el Onboarding porque creo que las personas recuerdan siempre el
primer paso por una empresa y debemos cuidarlo mucho. Cuando viene alguien nuevo, hablo con mi equipo para que se aseguren de hacerle un buen Onboarding: que alguien lo reciba, que le cuide, que tenga todo lo que necesite, que se le explique todo bien, que no le dejemos solo.
Siendo ingeniero y habiéndote desarrollado en esta área ¿Cómo fue tu cambio a una posición de recursos humanos?
La relación con RRHH siempre ha sido muy cordial y cercana. Tuve la oportunidad de certificarme en una de las habilidades de recursos humanos, la de Leadership Expectations, con la que pude dar formación de coaching y de feedback, y eso me acercó al rol de RRHH. También tuve la oportunidad de ser mentor en un programa. Ahora bien, nunca me hubiera imaginado estar en RRHH. Nunca. Pero vino la oportunidad y acepté sin dudarlo.
Por ahora, ¿Cómo te sientes?
La verdad es que me siento muy bien, creo que soy la persona que quiero ser.
Te ha tocado coger este rol en un momento a nivel humano muy complicado.
Sí, me propusieron tomar este cargo en pleno confinamiento. Es un momento complicado para todas las personas y también para la compañía en sí.
Es una posición en la que cada día hay algo nuevo. En la que hay que dibujar el futuro de la compañía, que hay que estar cerca de las personas. Yo veo mi rol como una palanca para promover la transformación de la empresa. Y tengo unos compañeros, un equipo fantástico, que me lo hacen todo muy fácil. Así que el balance es muy bueno. Creo que soy la persona que quiero ser.
¿Cuáles son tus objetivos para este 2022, 1 personal y 1 profesional?
Uno personal es leer cuatro libros de mi escritora favorita, Camila Lackberg. Me encantan sus libros, aunque esta mujer escribe más rápido de lo que yo soy capaz de leer. Y me quiero leer uno más de liderazgo que tengo que elegir todavía.
A nivel profesional, mi reto es acompañar aún más a las personas que trabajan en la compañía para que se desarrollen. Tanto en las nuevas incorporaciones como con los que llevan muchos años.
A poco de cumplir 20 años en la empresa, ¿qué es lo que más te gusta de trabajar en Schneider Electric?
La verdad es que han pasado volando. Pero cada año para mí es un reto nuevo, es importante seguir teniendo esa adrenalina cada día, cada año, marcarte retos…. Afortunadamente, en Schneider Electric el cambio depende de ti. Si tú levantas la mano, y de forma proactiva quieres avanzar, siempre que tengas las ganas, el apetito y el talento para hacerlo, la empresa te va a dar la oportunidad. La verdad es que somos unos privilegiados al trabajar en esta compañía, por su propósito y por las oportunidades que da a sus personas.
¿Una frustración?
No haber aprendido a tocar el piano o la guitarra.
El mejor consejo o frase que te han dicho que te haya servido
“Ofrece tu mejor versión”. Partiendo de la base de que siempre hay que ser uno mismo, la verdad es que hay que prepararse las cosas. Ensaya, prepárate, reflexiona. Una de las cosas que más he aprendido los últimos tres años es a reflexionar. Para dar tu mejor versión hay que prepararse!
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