Los ordenadores se lanzaron en los años 80, y fue en ese momento que la Automatización Industrial alcanzó su punto álgido. Por Automatización Industrial nos referimos al uso de controles automatizados – como Controladores Lógicos Programables (PLC), Controles Numéricos por Computadora (CNC), Unidades Terminales Remotas (RTU), etc. – como herramientas que nos ayudan a controlar los procesos industriales y la maquinaria, sustituyendo y automatizando la intervención manual y las peligrosas operaciones de ensamblaje.
Así, la Automatización Industrial incluye toda una serie de elementos bien sincronizados entre sí que realizan funciones como el control, la sensorización, la supervisión y la monitorización de procesos industriales.
A nivel funcional, incluye diferentes niveles: de campo (sensores y actuadores); de Control; de supervisión y control de la producción (SCADA), y de información y negocio (MES y ERP). Veamos en qué consisten los tres primeros.
Nivel de campo
En este nivel encontramos sensores y actuadores instalados en el terreno. Los primeros se utilizan para recoger señales de proceso físicas para medir la presión, el flujo, la temperatura, etc. Una vez recogidas, se convierten en señales neumáticas y eléctricas. Por ejemplo: LDR, termopar, extensómetro, etc.
Podemos analizar los datos obtenidos por estos sensores para tomar mejores decisiones en la producción. Los sistemas de control como los PLC o los RTU están conectados a los sensores y nos ayudan a producir los resultados deseados, proporcionándonos señales de acuerdo con nuestro programa y los valores establecidos.
Nivel de Control
Este nivel consiste en los elementos de control, elementos electrónicos basados en microprocesadores o, simplemente, ordenadores industriales que aceptan las señales de diferentes sensores y las órdenes de los operadores humanos. Dichos controles pueden ser analógicos o digitales. La diferencia radica en la estructura de la naturaleza del control. Las señales de los sensores son procesadas por un controlador, que envía la salida de control a diferentes dispositivos, que también depende de los mismos.
Después, el PLC – un controlador especial basado en microprocesadores, que utiliza memoria programable para ayudar a almacenar instrucciones y ejecutar lógicas, secuenciaciones, programación, recuento y aritméticas – controla la maquinaria y sus procesos. Cuenta con una CPU, I/O digital, I/O analógica y módulos de comunicación que pueden operar perfectamente en un entorno industrial, acondicionados para controlar diferentes parámetros de procesos utilizando el programa de acuerdo con los procesos industriales.
Nivel de Supervisión y Control de la Producción
Los sistemas SCADA constituyen el último nivel de control y se encargan de controlar los subsistemas más pequeños. Constan de Interfaces Hombre-Máquina (HMI) y ordenadores de proceso. Con la ayuda de estos ordenadores, podemos realizar operaciones de control de alto nivel, como calcular los puntos de ajuste, monitorizar el rendimiento, diagnósticos, puestas en marcha, apagados y otras operaciones de emergencia.
Además, en este nivel, muchos de los sistemas contienen Sistemas de Control Distribuido (DCS) o sistemas de Supervisión, Control y Adquisición de Datos (SCADA) y software HMI.
En resumen, estas son algunas de las tareas que realizan los PLC, los sistemas SCADA y las HMI en la Automatización Industrial, pero no debemos olvidar que el Internet Industrial de las Cosas (IIoT) también juega un papel fundamental en este sentido. Si te planteas incorporar tecnologías como las mencionadas en tu fábrica o negocio, recuerda que puedes confiar en Schneider Electric. Cambiaremos radicalmente tu manera de trabajar.
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