La experiencia del voluntariado: Una mirada interna a nuestro programa de VolunteerIn.

¡Hola! Soy Rafael y llevo 2.5 años trabajando para Schneider Electric. Durante este tiempo, he aprendido muchas cosas relacionadas con mi carrera, la industria y el mundo corporativo, pero también he participado en diferentes actividades de responsabilidad social y en verdad, es como subir hasta la parte más alta de una pirámide. Te llena de energía positiva.

Como entré en verano del 2017, he tenido la fortuna de participar en las actividades de responsabilidad social del 2017, 2018 y 2019. He entregado juguetes, ayudado a construir casas y hasta me tocó ir a enseñarles ciencia a decenas de niños.

¿Cuál ha sido mi favorita?

Todas. De principio a fin y me encantaría hacerlo por el resto de mi vida. Ahora les cuento un poco de qué tratan y cómo nos ha ido.

Estas actividades se hacen de la mano de algunas organizaciones como Fondo Unido, Habitat para la Humanidad o a través de la Fundación Schneider.

1. Donación de juguetes

Aquí consiste en apadrinar a uno o más niños y darles un regalo especial que se entrega en fechas de Reyes Magos. Aquí he participado dos veces, pues es tanta la gente que queremos participar que a veces uno ya no alcanza.

Me encanta pensar en un regalo original, divertido y que les dure mucho tiempo. Me gusta explorar diferentes juguetes hasta que encuentro algo que pueda ser atractivo para cualquier niño y que no se rompa, pierda o termine pronto.

En el 2018 regalé dos sets de plastilina con herramientas, para crear postres y alimentos junto con plastilina extra para que tengan diferentes colores de donde elegir.

Este año, compré un set Playmobil veterinario con diferentes animales, vendajes, botellas y aparatos para curar animalitos y otro set de la misma marca, pero de un carrito de helados, con vendedor, niños y diferentes sabores. ¡Me encantaron! Y seguro quienes lo reciban también les encantará.

Hay un equipo de voluntarios que después van a hacer la entrega con los niños.

2. Construyendo sueños

Me ha tocado dos veces ir y sí es cansado, pero te deja un increíble sabor de boca.

Aquí nos toca apoyar a una familia con la construcción de su casa, entonces vamos varias personas y ayudamos al colado de piso, colocación de bloques de cemento, entre otras actividades.

Es increíble ver como todos trabajamos juntos, y aunque bromeamos y cantamos y nos reímos, nadie perdemos el objetivo que es avanzar lo más posible en el tiempo que tenemos con ellos, y saber que en la historia de esa casa están nuestros buenos deseos y ganas de ayudar.

Al final, cada uno de nosotros escribimos un pequeño mensaje en una piedrita, después se les dice en voz alta a los familiares y se deposita en una cubeta, la cual usarán para seguir construyendo.

Mensajes de amor, abundancia, salud, amistad, alegría, paz y muchos otros quedan enterrados entre las paredes, mismas que les brindarán cobijo, seguridad y albergarán a una familia que poco a poco irá creciendo.

En verdad una experiencia que te llena de energía, te ayuda a agradecer lo que a veces damos por sentado y a darnos cuenta que sí hay personas dispuestas a ayudar y hacer del mundo un lugar mejor.

3. Clases de ciencia a niños de primaria

Esto es más fácil de explicar, es como explicarle ciencia a un niño de primaria. ¡Y eso es!

Nos vamos todos juntos a un colegio, de la mano de alguna de nuestras asociaciones aliadas, nos dividimos en equipos para enseñar diferentes temas y luego van pasando los grupos de niños.

A mi equipo y a mí nos tocó el “aliento de dragón” en el que les explicábamos a los niños los efectos que tiene mezclar diferentes elementos como lo es mezclar hielo seco con “surfactante tensoactivo” es decir, jabón.

Otros explicaron el círculo cromático, la tensión del agua y otras propiedades de la física o química con diferentes experimentos divertidos.

4. Donación de lámparas solares

Esta iniciativa se lanza siempre en épocas navideñas y consiste en la donación de lámparas solares a familias que no tienen acceso a la energía eléctrica. Schneider publica una tarjeta electrónica, que por cada 10 veces que se comparte, la fundación Schneider regala una lámpara a una familia.

Es una forma fácil, rápida y amigable con tu bolsillo de donar y hacer un pequeño cambio en la vida de una familia y personas aún fuera de la empresa pueden participar.

¡Pura energía positiva!

Schneider me ha dado experiencia y crecimiento profesional, muchas anécdotas que contar y también la alegría de haber participado en estas actividades de responsabilidad social en las que devolvemos un poco al mundo por todo lo que nos da.

Saber que ponemos nuestro “granito de arena” para hacer la vida de alguien más un poquito más brillante no tiene precio.

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