Ningún otro continente es tan receptivo a los problemas de sostenibilidad como Europa, pero ¿es suficiente?
En diciembre de 2019, la Comisión Europea anunció el #GreenDeal. Dicho de otra manera, un entero continente declaró la neutralidad climática como objetivo común para 2050 y se posicionó como su líder y brazo ejecutor. ¡Impresionante!
No estamos ante un caso de ingenuos idealistas haciendo de las suyas, sino de un órgano político consolidado, que formula la estrategia de crecimiento europea hacia una economía moderna, eficiente en el uso de los recursos y competitiva. Sin embargo, resulta claro que Europa está en el proceso de definir su propio papel de líder.
¿El mundo necesita que la UE se posicione?
La transformación de nuestro sector – en Europa y en todo el mundo – está sufriendo una aceleración masiva debido a la actual crisis provocada por el COVID-19. Lo que ahora realmente necesitamos de los políticos es que fijen el camino para acelerar la implementación. Esto aparece explícitamente mencionado en la carta abierta enviada por la CEO de Initiative for Europe’s Recovery, Reform and Resilience a la Comisión Europea, al Consejo Europeo, al Parlamento Europeo y a la Comisión Europea. La digitalización y la sostenibilidad no serán solo las claves para una mayor resiliencia y descarbonización, constituyen la base del desarrollo social y económico que debemos a las generaciones presentes y futuras.
La Unión Europea puede hacer contribuciones específicas en este sentido. Puede desarrollar un mecanismo sólido de precios para las emisiones de CO2 y alinear la fiscalidad energética con los objetivos climáticos. Puede lanzar un paquete de financiación para la modernización de las redes energéticas, con foco en las redes de distribución, aunque dando prioridad a las inversiones en digitalización, sostenibilidad y tecnologías de software. Y puede ofrecer incentivos fiscales para fomentar el desarrollo de tecnologías que aumenten el uso de las energías renovables en el sector de la calefacción y la refrigeración en, al menos, un 1,3% anual. Por nombrar solo algunas medidas especiales.
Y la UE puede estar a la altura de su propio objetivo de hacer de Europa el modelo global para la economía digital.
¿Y qué tal un mercado único digital?
La transformación digital estaba en marcha mucho antes de que empezara la pandemia. Durante la crisis, las empresas que ya estaban completamente conectadas disfrutaron de una enorme ventaja con respecto a las demás. Y las que no lo estaban, ahora deben ponerse al día. La pandemia por el COVID-19 ha sido un acelerador masivo de la digitalización, reforzada por una mayor demanda de resiliencia, eficiencia y sostenibilidad.
La clave de la Estrategia Digital de la UE es desarrollar y promover estándares digitales a nivel internacional, creando un mercado único e integrado en el que empresas de todos los tamaños y sectores puedan competir en igualdad de condiciones, desarrollando, comercializando y usando tecnologías digitales, productos y servicios. Su objetivo es incrementar la productividad y la competitividad global, respetando los derechos de los consumidores y garantizando la protección de los datos personales y sensibles.
¡Esto es lo que realmente necesitamos! Necesitamos centrarnos mucho más en un enfoque basado en aportar valor, especialmente cuando se trata de inteligencia artificial. Y necesitamos fortalecer el liderazgo de Europa desarrollando nuestras propias capacidades en tecnologías clave, especialmente en el área B2B. Además, debemos ponernos a la altura de Estados Unidos y China, no en el sentido proteccionista, sino creando un fuerte “espacio de datos” en Europa, incentivando una plataforma digital con sede en la UE.
El poder de implementar todo eso reside en la interacción entre política e industria. Los organismos políticos crean el marco razonable y la industria demuestra y prueba su fuerza, abriendo nuevos caminos y desarrollando sus propias tecnologías. Con las correspondientes economías de escala.
La transformación digital y sostenible es la única manera de mantenerse competitivo, atraer talento y detener el cambio climático. Las economías europeas tienen ahora una oportunidad única de asumir un papel de liderazgo a nivel global.
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