Inclusión y diversidad de género en el rubro eléctrico

Desafíos y estrategias de cara a la inclusión de género en el rubro eléctrico

Si bien existen legislaciones, normativas y acuerdos sobre igualdad de género, lo cierto es que en la práctica no se ha logrado eliminar la desigualdad en las condiciones laborales, de manera que persiste una disociación entre lo que se plantea en términos jurídicos y políticos.

En la práctica se siguen encontrando diversos obstáculos a la hora de desarrollarse en oficios y/o profesiones que tradicionalmente han sido liderados y ocupados por hombres.

El rubro eléctrico es un representante muy significativo de esta disparidad, desigualdad que se evidencia en la práctica profesional, en la inclusión particularmente de las mujeres al mercado laboral y en el acceso a formación y educación, cuando se trata de oficios y/o profesiones social y culturalmente masculinizadas.

Diversidad en el rubro eléctrico

Para que las mujeres puedan integrarse a oficios tradicionalmente dominados por hombres, tenemos que pensar en diferentes estrategias que apunten a garantizar la inclusión, la participación y el acceso de las mujeres a estos espacios. La clave para lograr un avance se basa en el trabajo sobre tres dimensiones:

Igualdad de oportunidades

Las mujeres deben tener acceso garantizado a los espacios educativos, de formación, capacitación, que brinden conocimiento y acceso a los recursos necesarios para el desempeño en la practicas laboral. Por ejemplo, es muy frecuente que las empresas al momento de dar capacitaciones técnicas solo convoquen a hombres.

Las empresas deben trabajar de manera proactiva en la búsqueda de mujeres que cumplan con los requisitos necesarios para ocupar diferentes puestos de trabajo. Las contrataciones tienen que basarse tanto en el perfil laboral como en garantizar un porcentaje equitativo de hombres y mujeres en los diferentes puestos de trabajo. No es suficiente que una empresa declare el mismo porcentaje de hombres y mujeres si la distribución no es equitativa en los distintos sectores. Lo más común es que las mujeres tengan acceso a puestos administrativos, recursos humanos, etc. siendo las gerencias, los directorios y puestos front line liderados por hombres.

Cambios culturales

En las empresas donde no hay mujeres es de vital importancia trabajar en el cambio cultural antes de comenzar a trabajar con la igualdad de género.

Los retos y desafíos para la implementación y la construcción de oportunidades igualitarias para mujeres y hombres en las organizaciones, requiere lograr la incorporación real del significado de la perspectiva de género, que implica la toma de conciencia de los sesgos y estereotipos que pueden afectar la inclusión efectiva de las mujeres en diferentes niveles jerárquicos en las empresas.

Estos estereotipos y normas asumidas afectan no solo a las mujeres en sus propias creencias sino en la manera en la que son vistas por sus compañeros y superiores.

Por otra parte, es fundamental que las empresas trabajen en la sensibilización y capacitación de quienes ocupan mandos medios, de las personas que son responsables de la coordinación de equipos de trabajo, que tienen trato directo y cotidiano con el personal.

Mas allá del compromiso de las altas autoridades hay cambios que solo pueden implementarse si se llevan a cabo cambios en las formas de interacción y comunicación dentro de los grupos y equipos de trabajo. En este sentido, las empresas pueden convertirse en aliados estratégicos del proceso de cambio y contribuir a la transformación de la cultura organizacional.

Apoyo

En necesario pensar en desarrollar estructuras que funcionen como espacios de soporte y apoyo para las mujeres que quieren desarrollarse laboralmente en oficios donde no tienen representación u ocupan un sector minoritario. El acceso a mentorías, equipos de trabajo dedicados a brindar orientación y soporte, comunidades donde las mujeres puedan compartir sus experiencias, pueden ser algunas herramientas que faciliten la inclusión.

Trabajar en profundizar y desarrollar estrategias que permitan ir materializando cambios respecto a estas tres dimensiones planteadas puede ser un camino efectivo para ir logrando paulatinamente cambios en las instituciones y organizaciones.

De cara al cambio es fundamental el compromiso y la participación de las empresas en la implementación de políticas y programas que impulsen estos procesos de cambio.

El camino de la competitividad apunta al aprovechamiento de todos los recursos disponibles para el mercado.

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